jueves, 3 de diciembre de 2009

Los medios, la inseguridad y Ricardo Fort

El tema central que ocupa los primeros lugares en la agenda mediática de la actualidad vuelve a ser la inseguridad. Desde los medios se apela al sensacionalismo y al shock emocional para presentar este problema social que, visto desde la perspectiva de los medios, tiende a acentuarse cuando el nivel de conflictividad política disminuye.

La “inseguridad”: una sensación?

Los medios de comunicación, en tanto comunicadores de información, tienen un papel fundamental en el armado de una “realidad” que van tejiendo a partir de esa información transmitida. El hecho de tener el el poder de seleccionar, editar, interpretar y emitir los hechos de la vida cotidiana, les otorga la capacidad de moldear la “realidad” en función de sus intereses.

Por “realidad” nos referimos a lo que en definitiva el consumidor de información interpreta como lo real, lo que pasa hoy y ahora en nuestro país. Como esa “realidad” es una construcción realizada por un medio de comunicación, puede en definitiva no ser “la verdad”. La realidad mediática y la realidad son dos cosas absolutamente distintas.

Dicho esto, podemos aplicarlo a lo que hoy parece ser el “principal problema” de los argentinos: La inseguridad. La pregunta en este caso sería: ¿Pueden los medios de comunicación generar sensaciones de seguridad y de inseguridad, variando la frecuencia de repetición de los hechos que generan esa sensación (asesinatos, intentos de robo, familiares llorando por la muerte de un ser querido)? La respuesta es evidente. Si.

Es decir, si un hecho, como puede ser el asesinato de una persona, no es mostrado por los medios, “la gente” no se entera del hecho (salvo algunos familiares y vecinos del lugar), y en su vida nada cambia. Si en cambio ese mismo hecho es repetido una y otra vez, el efecto que se genera es diametralmente opuesto. No resultaría entonces extraño que medios opositores a la política gubernamental tengan una frecuencia elevada de repetición de los hechos delictivos. Así se instala la “realidad” en las personas.

El éxito o no de la formación de la realidad de un medio depende también del receptor. Es éste último el que en definitiva tiene la decisión de dudar o no de esa “realidad”. Aplicar la lógica del razonamiento para detectar errores o falsos argumentos en el mensaje informativo debería ser un acto reflejo para defenderse de la mentira y de la manipulación. La única herramienta válida para analizar los niveles de delincuencia son las estadísticas. No podemos inducir niveles de delincuencia a partir de la realidad instalada por los medios.

Pero los medios no sólo se quedan en la formación de la realidad. El mensaje no sólo nos dice “que pasa”, sino que muchas veces viene cargado de opiniones que nos muestran “como resolverlo”.

Los hechos de violencia se repiten una y otra vez generando en las personas una sensación de inseguridad que lejos de conducir a las mismas a un clima de racionalidad, son llevadas a la irracionalidad emocional, y bajo ese estado suelen reclamar por medidas represivas, “mano dura”, para con las personas que por alguna razón cometen delitos.

Aislar el conflicto de la historia

Más allá de cual sea la frecuencia de repetición de un hecho delictivo en los medios de comunicación, y como cualquier hecho, en tanto consecuencia, tiene sus causas, las cuales deben ser analizadas si se quiere evitar que estos hechos vuelvan a ocurrir en el futuro.

El análisis que se observa en los medios de comunicación es superficial. En los mismos solamente se observan las consecuencias de los hechos, pero nunca se profundiza en las causas. Se aisla el conflicto de la historia, como si el problema de la delincuencia fuese un problema que surgió de la nada, como si no hubiesen culpables en la generación de una violencia y criminalidad que hoy afecta nuestro país.

Cabría preguntarse si la concentración de la riqueza que la Argentina vino padeciendo desde el comienzo del período de liberalización del mercado con la dictadura del 76, si la profundización de ese modelo durante los 90 con la privatización del estado, el endeudamiento externo, el cierre de miles de fábricas y el crecimiento de desempleo tienen algo que ver en la delincuencia.

Cabría preguntarse si no son los medios también culpables de la situación delictiva actual. ¿Que valores nos transmitieron durante todos estos años? Si se forma a una sociedad de manera tal que el hecho de “tener” es más importante que “ser”, ¿no es esperable que aquellos que no tienen, pongan en riesgo su vida y la de los demás por el simple hecho de “tener” algo? Es posible que el individuo que comete un delito valore más eso que roba que a su propia vida, que a su propio futuro.

La solución

Éstas son solo algunas de las preguntas que nos deberíamos hacer antes de salir a la calle a pedir represión y muerte, de pedir leyes duras y más policías en las calles. La solución “fácil” o de corto plazo, no existe. Desde este espacio tampoco creemos que el endurecimiento de las penas o la baja de la edad de imputabilidad tienen sentido alguno en la lucha contra la delincuencia. Los crímenes se cometen bajo estados emocionales muy fuertes que están lejos de la racionalidad o el análisis de riesgos, de las consecuencias futuras. Asimismo, poner más policías en las calles tampoco es una solución de fondo.

Si creemos que un nuevo mapa de medios, con comunicadores sociales que transmitan otros valores culturales, puede ayudar a cambiar la mentalidad de la sociedad. Las políticas de generación de trabajo con inclusión social que vayan generando expectativas de futuro en las personas son también pequeños pasos en la solución del problema de la delincuencia.

Pero no podemos pedir seguridad al mismo tiempo que defendemos la renta sojera. No podemos pedir seguridad y al mismo tiempo defender la concentración mediática. No podemos pedir seguridad y al mismo tiempo criticar la regulación del estado en la economía.

No podemos esperar seguridad, mientras desde los medios se imponga a Ricardo Fort como modelo de persona a seguir por el resto de la sociedad.

martes, 27 de octubre de 2009

Un análisis sobre la deuda externa Argentina

Quizá la noticia económica más importante de los últimos días haya sido el anuncio del Ministro de Economía Amado Boudou de reabrir el canje de deuda para los llamados Hold-outs.

Se trata de 19.800 millones de dólares que quedaron afuera del Mega-Canje realizado en el 2005 por Kirchner-Lavagna. El Mega-Canje del 2005 consistió en un canje de bonos (par- cuasi par - descuento) por un monto de 82 millones de dólares, de los cuales adhirieron el 76 % de los tenedores. El 24 % restante de los tenedores son los llamados Hold-Outs, los cuales quedaron excluidos de cualquier posterior intento de canje debido a la llamada Ley Cerrojo. Si ésta no se deroga, cualquier intento de reapertura de canje de bonos para los Hold-outs se desvanece. El lunes ingresaría a diputados la suspensión de la citada ley.

Dado que se trata de un tema clave en la economía Argentina, es necesario analizarlo en detalle y responderse si hay que pagar o no la deuda, y quien deberá pagarla.

Origen y evolución de la deuda externa

Para tener una idea de la importancia y la velocidad de crecimiento de la deuda externa, señalamos que:
  1. En 1970 era de 2 mil millones de USD.
  2. En 1975 de 7,8 mil millones de USD.
  3. En 1982 de 45 mil millones de USD.
  4. En 1990 de 60 mil millones de USD.
  5. En 2001 de 144 mil millones de USD.
  6. En 2004 de 190 mil millones de USD.
De lo anterior es bueno señalar la importancia que tuvo la última dictadura militar en el endeudamiento Argentino. La deuda externa nace viciada, es una deuda odiosa impuesta a sangre y fuego por un gobierno que nadie eligió. Es una deuda ilegítima de la cual no tenemos obligación alguna de pagar.

El incremento posterior es debido en parte a:
  • Renegociaciones de esa deuda originaria: Si los orígenes de una deuda son ilegítimos, lo son también sus posteriores re-negociaciones.
  • Costo de la convertibilidad: El llamado "1 a 1" no fue gratuito. La pérdida de competitividad con el sector externo desbalanceó la balanza comercial, que tuvo que ser sostenida con un constante ingreso de capital externo. Una parte ingresó vía privatizaciones de empresas públicas, pero cuando éstas se terminaron, comenzó la entrada de capitales vía endeudamiento. Esas fueron las principales fuentes de entrada de divisas.
  • Costo del "derrumbe" de la convertibilidad: El estado emitió bonos para restituir los descuentos de 13% sobre los salarios de los empleados públicos y jubilaciones, entregó bonos a los titulares de depósitos en dólares que quisieran retirarlos, emitió bonos para compensar a los bancos por la "pesificación asimétrica" y colocó bonos para financiar el rescate de las monedas provinciales.
Más allá de observar como fue el origen, la evolución y las causas de la deuda externa, es bueno identificar quienes fueron sus beneficiarios.

La primera etapa de la deuda, que abarca desde 1975 hasta 1983, y según estimaciones del Banco Mundial, fue dedicada a:
  1. Evadir capitales: 44 %
  2. Pagar intereses de deuda: 33 %
  3. Armas e importaciones no registradas: 23 %
Es decir, nos endeudamos para que los empresarios puedan fugar sus dólares al exterior, y para pagar intereses de esa misma deuda contraída. El saldo de la balanza comercial no bastaba para alimentar la avidez de dólares del sector empresario con liquidez en pesos, por lo que el endeudamiento sirvió para cubrir ese déficit de dólares.

Es importante recordar que este exceso de dólares que permitieron en varios países del Tercer Mundo endeudarse fácilmente y a tasas relativamente baratas estuvo ligado al alza del precio del petróleo y los llamados "petro-dólares". Esta etapa de liquidez tuvo su fin con la crisis de México en 1982.

Comienza así la segunda etapa, con tasas de interés elevadas y escasez de divisas. Solamente se conseguía crédito para pagar los servicios de la deuda externa para evitar moratorias de los países endeudados tanto en el sector público como el privado.

Si la primera etapa se caracterizó por el endeudamiento público para financiar la evasión de los empresarios y el endeudamiento privado para evadir capitales especulando con la diferencia de tasas en pesos y dólares, la segunda etapa, que transcurrió desde 1982 hasta 1990, se caracterizó por el endeudamiento público para financiar el interés de la deuda antes adquirida y para pagar la deuda privada a través de seguros de cambio (circulares A-31 del 81, A-137 del 82 y A-251 del 82) y estatizaciones de la deuda privada (originada a través del endeudamiento de empresas públicas que tomaban préstamos en dólares, que iban a parar al banco central para alimentar a los empresarios, el caso emblemático es el de YPF, abordado por Alejandro Olmos en su denuncia sobre la deuda externa, Causa Nº 14.467).

La tercera etapa fue la etapa del Menemismo, y consistió en el mantenimiento de un tipo de cambio artificialmente alto, el "1 a 1". Formalmente era un seguro de cambio por el cual el estado les garantizaba a los empresarios la conversión 1 a 1 de sus activos internos en activos externos. Para la conversión se utilizaron capitales que en principio ingresaron vía privatización de empresas públicas, pero que después ingresaron gracias a un aumento significativo de la deuda externa, que a su vez tuvo que compensar el déficit en la balanza de pagos provocado por la pérdida de competitividad internacional.

La cuarta etapa de endeudamiento fue la del costo de la convertibilidad descrita anteriormente. Y la quinta comienza con el Default de la deuda y la posterior re-negociación de la misma en el canje de Kirchner-Lavagna del 2005, que otorgó una salida parcial del default de una manera que permitió a su vez el desarrollo económico, el crecimiento del país y una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos.

El anuncio del canje de deuda a los "Hold Outs" tiene como objetivo permitir a la Argentina la vuelta a los mercados internacionales de crédito, es decir facilitar el acceso al crédito externo.

En este espacio creemos que el endeudamiento en sí no es ni bueno ni malo., ya que éste depende del uso posterior que se le dé al mismo. Lamentablemente nuestra historia Argentina en lo que a endeudamiento se refiere es decepcionante por todo lo comentado. Sin embargo creemos que nunca es tarde para cambiar. El hecho de oponerse "porque sí" a cualquier intento de nuestro país a endeudarse nos parece poco constructivo. Sin embargo, lamentable sería que el acceso al crédito externo tenga como finalidad el pago de deuda o la evasión de capitales. El endeudamiento de un país debe estar acompañado de un proyecto de inversión que garantice el crecimiento y la industrialización.

El camino comenzado en el 2003 fue en sentido correcto pero no es suficiente. La reestructuración de la deuda externa permitió a la Argentina aliviar las cuentas fiscales y comenzar una política de crecimiento económico con inclusión. El pago al FMI otorgó soberanía económica y el fin de las "reformas estructurales". La estatización de las AFJP fue un golpe a la especulación financiera y permitió disminuir el volumen de la deuda externa en un monto igual a los bonos que estas poseían, por identidad entre deudor y acreedor. Pero la deuda la seguimos pagando todos, los que no nos beneficiamos y los que sí.

Por eso creemos que la deuda externa, así como fue utilizada a beneficio de los grandes grupos económicos nacionales e internacionales y el sistema financiero, debe ser pagada por ellos mismos. Para ello es necesaria una reforma económica que grave al sector financiero y los capitales de los Argentinos en el exterior.

No es justo que esta carga agobie a la población Argentina en su conjunto.

lunes, 19 de octubre de 2009

Confesiones de un Ex JP Morgan

El Argentino Hernán Arbizu (Ex vicepresidente de la banca Morgan), en una filmación realizada por la agrupación Oesterheld cuenta los secretos de las finanzas internacionales, los mecanismos de evasión y lavado de dinero de los principales grupos económicos de la Argentina, entre ellos el grupo Clarín. Motivo de sus denuncias Crítica de Argentina sacó una nota con la lista de los principales evasores.
Hernán es un Ex Garca que se ocupaba de conseguir fondos de empresarios argentinos (25 millones de USD para arriba), ofreciéndoles mecanismos de evasión impositiva y lavado. Está acusado de fraude, fue expulsado de la banca y ahora se dio cuenta del mal que le hacía al mundo. Hunde a todos. Pasó de ser un ejecutivo de la Park Avenue a ser un "compañero" peronista, sin escalas.
El discurso no tiene desperdicio, y genera mucha indignación.

sábado, 10 de octubre de 2009

Un gran día

El día tan esperado al final llegó.

Se derogó la vieja ley de radiodifusión dictada en épocas de la dictadura.

Ley que permitió, junto con sus posteriores modificaciones, concentrar el mapa de los medios en pocas empresas.

Empresas que se hicieron con el poder suficiente de controlar la opinión pública de las masas.

Masas cautivas de la voz hegemónica. Masas funcionales a los intereses corporativos.

Ese es básicamente el contexto en el que hoy en día vivimos: Medios de comunicación influenciando al pueblo para que luchen por intereses que le son ajenos, políticos subordinados a la agenda mediática o condenados a una campaña de desprestigio insoportable, sectores sociales sin medios de comunicación para expresarse, en fin, un escenario altamente desfavorable para una Argentina mas equitativa.

Finalmente la nueva ley de medios audiovisuales fue aprobada por más del 60 % del total de los senadores de la nación. Algunos creen que la ley tendría que haber salido con más consenso (en mi opinión, algo imposible en una democracia). Lo cierto es que el consenso entre partes se hace difícil cuando esas partes defienden intereses tan contrapuestos.

Porque uno de los dos sectores tenía una clara función: Defender los intereses de las grandes empresas de comunicación. Tal vez no lo dijeron explícitamente. Muchos de ellos escondían sus verdaderos objetivos con la excusa de la "libertad de expresión". Sus argumentos para ponerse en contra fueron mutando a lo largo del tiempo que duró el tratamiento de la ley. Pero el objetivo siguió siendo el mismo. El problema no es que haya una parte de la política que defienda a los grupos empresarios, que son, después de todo, una parte de nuestra sociedad. El problema es que esa defensa se oculte, se niegue, y no resulte evidente.

Los grandes medios de comunicación se encargaron de maquillar esa defensa, tergiversando la realidad, comunicando a la sociedad que en realidad esa parte de la política es la que verdaderamente los defiende. Y parte de la sociedad cayó en ese juego perverso.

La nueva ley de medios incorporará nuevos actores que podrán expresar también su opinión. Su realidad. Así la sociedad podrá comparar, podrá elegir que medio, en definitiva es el que la representa. Que opinión la representa.

De eso se trata todo esto.

Desde este humilde espacio, deseamos fervorosamente que pronto podamos tener un mapa de medios plural, democrático, con participación de todos los sectores de la sociedad, y que la información deje de ser un negocio y pase a ser un servicio para la comunidad.

Desde este humilde espacio, también deseamos que pronto puedan democratizarse otros sectores de nuestra economía altamente concentrados.

Pero lo primero es la libertad de expresión.

Y hoy es un gran día.

sábado, 19 de septiembre de 2009

La ley de medios pone a la "realidad mediática" en duda

Prendemos la televisión y escuchamos a un periodista hablando sobre la “ley mordaza K”. Compramos el diario Clarín y en primera plana leemos “La ley de Control de Medios K”. Escuchamos por la radio que “si sale esta ley, no vas a poder escuchar la música que te gusta”. Ponemos TN y leemos en uno de sus zócalos que “TN puede desaparecer”. Cambiamos de Canal, y en América 24 entrevistan a un periodista venezolano hablando del control de medios en Venezuela, que nos dice “todavía están a tiempo para frenar esta ley mordaza”. Así nos “informan” los grandes medios durante buena parte del día. En el laburo no faltan las charlas sobre la “indignación” que nos produce esta “ley K”, que, “obviamente”, es “para controlar los medios independientes”.

Es ahí cuando pensamos que no quedan dudas, “lo dice la tele y lo escucho en la radio”, “lo dicen todos”: La ley de medios K (no hay que olvidarnos de poner la letra K a continuación de “medios”) es para controlar la prensa. Y es lógico, la prensa nos muestra la “realidad”, y esta claro que los K no quieren que la conozcamos, por ser desfavorable a sus intereses.

Si ese es el “razonamiento” que tenemos, la batalla por la colonización de la subjetividad la han vuelto a ganar los medios. “Razonamiento” entre comillas, porque lo único que hicimos fue repetir lo que escuchamos en la televisión o la radio por algún periodista condicionado por la empresa en la que trabaja.

Este tipo de comportamientos es el que venimos criticando desde nuestro espacio. El individuo como “ser pensado” por los medios de comunicación concentrados.

Quizá algunos de los que criticaban entradas como ésta, o como ésta, hoy estén re-planteando sus anteriores razonamientos. Es que lo que estamos viviendo hoy en día, con el intento (por ahora) de reformar la ley de radiodifusión y el constante ataque de la prensa por evitar su modificación, pone en evidencia el rol de los medios de comunicación como comunicadores de una “realidad” que hasta hace poco era indiscutible, al menos por el grueso de la sociedad.

¿Como poder creer que las críticas y el constante ataque a la ley de medios audiovisuales por parte de los grandes medios de comunicación, poseen un mínimo de objetividad, si son ellos los principales perjudicados con la misma?

Esta pregunta es fundamental. Poner en duda la “realidad” mediática, es el primer paso para recuperar la razón que en algún momento perdimos. No es fácil replantearse toda una forma de vivir, delegando el razonamiento al imperio de los medios: Todo lo que hasta ahora creímos se desvanece en el aire.

Si ponemos en duda la “realidad” que nos muestran los medios de comunicación con respecto a la ley de medios audiovisuales, porque sabemos que existen intereses detrás de esa “realidad”, ¿porqué no poner en duda absolutamente toda la “realidad” que sale de aquel televisor, aquella radio o aquel conocido diario? ¿Porqué no pensar que detrás de toda noticia está el interés de la empresa que la entrega, o que detrás de toda noticia existe un negocio privado?

Estás, son preguntas que en definitiva surgen de realizar un razonamiento deductivo al respecto.

La teoría de la “Ley K” para controlar a los medios “independientes” para que no muestren la “realidad”, es entonces equivocada. Es equivocada porque lo que antes considerábamos “medios independientes” en realidad no lo son, ya que al menos no pueden ser independientes de sus propios intereses. Es equivocada porque entonces la “realidad” que nos muestran, no deberá ir en contra de dichos intereses.

Pero podemos avanzar un poco más allá y postular que:

Parte de la “realidad” que nos muestran los medios de comunicación es funcional a sus propios intereses, por lo tanto puede haber sido manipulada, parcializada, editada, para luego ser entregada finalmente al receptor.

Quizá la total independencia de los medios no sea posible nunca. No importa. Lo que se trata de lograr con esta nueva ley de servicios audiovisuales, es simplemente incrementar la cantidad de transmisores de información o de opinión, con diferentes puntos de vista e intereses, para que todos los sectores, incluso los que hasta hoy fueron ninguneados por la gran prensa, vuelvan a tener voz. Es en el contraste de realidades que inevitablemente ocurrirá si la ley prospera, donde se generará una duda, de esa duda un razonamiento, y de ese razonamiento un pensamiento autónomo.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Ley de medios modificada

Haciendo click en este link podrán observar una versión en Word con las nuevas correcciones realizadas a la ley de servicios de comunicación audiovisual (gracias a los aportes de la oposición y las audiencias públicas). Se destacan en rojo los puntos modificados. Los mas importantes son:

1.- Se declara al espectro radioeléctrico como un bien público.
2.- Las telefónicas no pueden ingresar al triple play.
3.- La autoridad de aplicación pasará a tener 7 miembros: 2 elegidos por el PEN, 3 elegidos por el parlamento, y 2 elegidos por el consejo federal.
4.- Se modifica el punto sobre la revisión de tecnologías cada 2 años para que los retrasados de la oposición no confundan más a la gente diciendo que las licencias se quitan a los 2 años. Se escribe lo mismo de una manera APB.

Cambios "superficiales", según el "Gran Diario Argentino".

Habrá que ver con que salen ahora.

Saludos

domingo, 6 de septiembre de 2009

La ley de medios y el gran beneficio de la duda

La semana pasada la presidenta Cristina Kirchner envió al congreso de la nación la Ley de servicios audiovisuales, que reemplazaría, en caso de aprobarse, a la antigua ley de radiodifusión de la dictadura.

Es una ley que, por su contenido, ataca directamente al corazón de los grandes multimedios del país, entre ellos, el mas perjudicado resultaría el Grupo Clarín. Es muy interesante analizar el enfoque que estos mismos grupos le han dado a la ley, ya que, de dicho análisis se pueden extraer importantes conclusiones.

Como primera observación, resulta llamativa la escaza información brindada por estos mismos grupos al respecto.

Como segunda observación, sí existe una gran cantidad de opiniones que si nos ofrecen a diario políticos, periodistas y analistas, que comparten su repudio a la ley en cuestión. Voces a favor de la nueva ley de medios son ignoradas absolutamente. Quizá el personaje mas importante que se ha pronunciado a favor de esta ley es el relator para la libertad de expresión de la ONU.

Como tercera observación, se puede decir que la mayoría (por no decir todas) las opiniones en contra de la ley de medios carecen de argumentos concretos, pero mantienen un alto contenido de subjetividad sin fundamentos, meras intuiciones, meras impresiones, que las hacen inválidas para sacar algún tipo de conclusión al respecto:

"El proyecto de ley de Radiodifusión es una ley de amenaza. El que no juegue a favor del Gobierno le sacamos la licencia. Es una ley extorsiva" Elisa Carrió.

"El Gobierno quiere crear un monopolio de medios amigos" P. Bullrich

Una nueva "ley mordaza" que apunta a silenciar determinadas voces

El otro segmento de críticas hacia la ley no fue en relación a su contenido, sino en relación a las formas:

Ley de Medios: la mayoría de la oposición reclama más tiempo de debate

UCR insiste con que la ley de medios sea debatida con el nuevo parlamento

Más veloces que Usain Bolt

Lo cierto es que, dada la escandalosa concentración mediática que existe hoy en la Argentina (no hace falta ser especialista para darse cuenta), cualquier argumento que se oponga a un cambio en el mapa de los medios deberá, casi obligatoriamente, estar cargado de subjetividad, de argumentos falaces, o deberá apuntar a cuestiones que más tienen que ver con las formas que con el objeto en sí.

Es ahí donde se debatirá la ley, por lo menos eso es lo propuesto por los grandes medios de comunicación. Se dice y se seguirá insistiendo en que el tiempo para debatir es insuficiente, que hacen falta mas audiencias públicas, que el actual congreso es ilegítimo, que la ley es una mordaza a la prensa libre, que se busca crear un nuevo monopolio, y muchas otras opiniones que se pueden refutar una a una con solo repasar la ley.

Lo cierto es que detrás de todas esas opiniones políticas y periodísticas, de toda esa maquinaria mediática, que se presenta como defensora de la libertad de expresión, se oculta su único objetivo: postergar la discusión sobre la ley para que nunca mas se trate, para que todo siga igual. Mas profundamente, este debate presenta de hecho una batalla ideológica, por un lado los defensores de la idea de la no política, del mercado autoregulado y por el otro, los defensores del intervensionismo estatal, hoy en día imprescindible para romper el esquema oligopólico que presenta nuestra economía en sus diferentes ramas, incluida la del mercado de la información.

Esta es una de las leyes más importantes de nuestra democracia. Basta con leerla para darse cuenta. Abrir el mapa de medios permitirá la presencia de voces con diferentes puntos de vista, con diferentes opiniones, con diferentes intereses, es decir, una democratización el mercado informativo. En entradas anteriores ya debatimos acerca de la problemática que se genera a partir de un mercado informativo con tan pocos actores. Con una participación mas amplia y plural en el mapa mediático, los receptores de la información podrán escuchar diferentes opiniones, podrán elegir, y lo que es más importante:

Podrán volver a dudar.

lunes, 24 de agosto de 2009

Los dogmas del liberalismo

Gracias a Mundo Perverso, nos enteramos de un excelente post que ataca los argumentos del liberalismo uno por uno. Es realmente interesante. A continuación lo reproducimos:

DOGMAS LIBERALES:

LA SAGRADA LIBRE COMPETENCIA. En una economía en la que la libre competencia sea perfecta, se supone que el consumidor premiará a las mejores compañías y penalizará a las peores, con lo que las distintas empresas se verán obligadas a competir entre sí para ser cada día más eficientes, vendiendo mejor calidad a menor precio. La empresa pequeña que consiga ofrecer mejor relación calidad/precio que la grande acabará superando a esta. La libre competencia perfecta creará una sociedad meritocrática perfecta.

Este razonamiento tan bonito tiene un error de base fundamental y evidente. Los liberales parten de la base de que el consumidor comprará el producto mejor. En el sentido de que ante dos productos que tengan el mismo precio, el consumidor comprará el que tenga mayor calidad o, entre dos productos de igual calidad, el consumidor comprará el producto que tenga menor precio. Sin embargo, no es así.

A igualdad de precio, el consumidor compra el producto que percibe como de mayor calidad. Y aquí se quiebra la libre competencia. Hace ya mucho tiempo que las grandes empresas han comprendido que es más rentable invertir en publicidad que en calidad. Un producto de muy baja calidad y alto precio puede triunfar (y de hecho, es frecuente que lo haga) si cuenta con una buena campaña publicitaria. La empresa pequeña que guarda una mejor relación calidad/precio no podrá superar jamás a la grande mientras esta tenga mucho más dinero para invertir en publicidad. El afamado libro No Logo de Naomi Kleim muestra claramente como las grandes empresas, de hecho, han dejado de lado la producción para centrarse en la publicidad. Muchas veces, es la misma fábrica la que crea, con la misma calidad, los productos de distintas marcas comerciales, pero su nivel de ventas dependerá mucho más del logo que se incluya en ellos que de su precio.

Luego está, claro, el problema de los monopolios. En cuanto una empresa consiga una situación monopolística, imposibilitará la libre competencia ya que la empresa grande tendrá muchas posibilidades de ahogar a sus rivales sin que estos puedan competir ni con precios ni con calidad (ni con marketing).

Ante este problema, lo cierto es que la mayoría de los liberales estarán de acuerdo en aceptar que es necesario crear leyes que impidan los monopolios. El problema está en que ellos se quedan aquí, sin comprender que en un mundo liberal, estas leyes (aunque existan) no servirían de nada.

No servirían de nada porque el resto de medidas liberales están destinadas a hacer que el estado sea lo más débil posible, mientras que las empresas son lo más poderosas posible. El resultado lógico de estas medidas es encontrarte con estados-David que nada podrán hacer contra las empresas-Goliath. En un mundo ideal y maravilloso, esto no importa, porque las leyes son leyes y punto. Pero en el mundo real, cuando alguien tiene mucho más poder, influencias y dinero que tú, es muy difícil que puedas vencerle ya que dispondrá de hilos de los que tú jamás podrás tirar.

Si las tesis liberales fueran correctas, no habría sitio en el mercado para empresas que tuvieran una pésima relación calidad/precio. Así que existen dos mundos posibles. En uno McDonalds jamás consiguió abrir su segunda franquicia. En el otro el liberalismo no es correcto.

LA SANTÍSIMA LIBERTAD: Los liberales, lógicamente, están a favor de la mayor libertad de mercado posible. La libertad es buena. Cuanta más libertad mejor. Por lo tanto, cuanta más libertad de mercado mejor. Es más, aquellos que queremos poner cortapisas a la libertad de mercado, queremos ponerle cortapisas a la libertad en general.

En el imaginario de los liberales, existe la tendencia a suponer que sólo ellos son los verdaderos defensores de la democracia y que aquellos que no estemos conformes con el liberalismo tenemos tics autoritarios. El que es autoritario en lo económico, es autoritario en lo social. El que se opone al liberalismo, a lo mejor sin saberlo, se acerca al estalinismo.

De todas las falacias liberales, esta es la más sorprendente. Por lo burda, digo. Parte ya de un uso absolutamente demagógico de la palabra “libertad”, porque, no conozco a nadie que realmente considere que toda libertad sea buena. Tampoco los liberales. Por ejemplo, un liberal difícilmente va a considerar que exista una “libertad para robar”.

Las libertades (que no libertad) pueden ser positivas o negativas según como influyan sobre los demás. La libertad para agredir físicamente al que te moleste (o te apetezca) choca con el derecho de la otra persona a no ser agredido. No es una libertad positiva, la sociedad y las leyes deberían perseguirla.

¿Es positiva una absoluta libertad de mercado? en mi opinión, no. Pero eso ahora no importa. Lo que importa es que el hecho de que yo esté en contra de una libertad en concreto (la de mercado) no me hace contrario a otras libertades que sí considero positivas (como la de opinión).

En la misma medida, el que alguien defienda la libertad de mercado no le convierte, ni mucho menos, en defensor de la libertad a mantener sexo con menores de edad, por decir una burrada.

Es una falacia, por lo tanto, considerar que exista ninguna relación entre democracia y liberalismo. Podría considerarse que exista una tendencia entre aquellos que creen en la absoluta libertad de mercado a creer en las libertades democráticas, pero la historia nos demuestra lo contrario. Existen muchos ejemplos de gobiernos que han sido perfectamente democráticos a pesar de mantener posturas que hoy consideraríamos antiliberales.

Y lo que es más importante. Existe multitud de ejemplos de gobiernos que, aplicando medidas muy liberales en lo económico, sin embargo eran dictaduras en lo social. Es famoso el ejemplo de Pinochet, pero sin remontarnos mucho en la historia podemos observar lo que sucede en las llamadas “Zonas de libre producción” en países como China o Filipinas, paraísos de economía liberal donde negarse a hacer horas extras es motivo de despido y tratar de crear un sindicato una forma de desaparecer para siempre.

En cualquier debate lógico, sería imposible que se mantuviera durante mucho tiempo el argumento de que el liberalismo y la democracia tengan que ir, necesariamente, de la mano. Sin embargo, me parece sintomático, lo habitual es que en una discusión con un liberal este argumento se resista a desaparecer. Como si fuera una cuestión de fé religiosa, la lógica y la evidencia se quedan atrás frente a la fuerte convicción de estar en lo correcto y de que el contrario está equivocado.

En realidad, este principio no es básico para el liberalismo. Los que defienden esta tesis podrían estar equivocados y el liberalismo seguir estando acertado. Pero, teniendo en cuenta que es un asunto que raras veces no aparece en cualquier debate con un liberal, me ha parecido importante reseñarlo. Al fin y al cabo, existen dos mundos posibles. En uno es imposible que en una sociedad en la que existe un alto grado de libertad de mercado sea dictatorial, en otro sí es posible. En uno Filipinas es uno de los países más democráticos del mundo mientras que la Europa Occidental era una dictadura hace unos años y ahora, lentamente, se está volviendo cada vez más democrática. En el otro mundo posible, no existe ninguna relación entre mayor liberalismo y mayor democracia.

EL DOGMA DEL DIVINO DESARROLLO: Se supone que el liberalismo es la forma más eficaz de crear riqueza y, por lo tanto, la mejor forma de alcanzar un desarrollo rápido y sostenido. Y cuanto más salvaje sea tal liberalismo, más rápidamente se desarrollará el país beneficiado. En cambio, cuanto más controlado esté un mercado, menos posibilidades de desarrollo existen. Se supone también que esto viene demostrado por la historia.

Claro, ahora toca preguntarse ¿qué historia? Porque en la historia que conozco yo, los ejemplos de países que se hayan industrializarse mediante el liberalismo pueden contarse con los dedos de una mano. En cambio, los ejemplos de países que se han industrializado mediante prácticas de tipo proteccionista y/o de planificación económica son infinitos: Japón (dos veces), EEUU, Prusia y luego Alemania (dos veces), Francia, España, URSS… De hecho, todas las grandes economías capitalistas han recurrido a la planificación económica en tiempos de guerra ¿por qué recurren a formas económicas que, supuestamente, son menos eficaces precisamente cuando más necesitan que su economía sea lo más eficiente posible? ¿tan tontos son… todos?

Los defensores del liberalismo afirman que estos países se industrializaron gracias a aquello de liberal que tenían y los países que recurriendo al liberalismo se arruinaron (Bolivia, Chile, Polonia…) ha sido a causa de aquello de liberalismo que les faltaba. Al fin y al cabo, no existe el proteccionismo perfecto ni el liberalismo impecable… ¿o sí?

Existe un ejemplo que todavía no he encontrado a ningún liberal que me conteste adecuadamente.

La URSS pasó en unas pocas décadas de ser el país más atrasado de Europa a convertirse en la principal potencia del continente. El antiliberalismo de la planificación económica soviética es tan patente que nadie puede recurrir a ningún pequeño gesto liberal para achacarle la industrialización más rápida de toda la historia.

Ante esto, por un lado, se habla de los enormes recursos de todo un país-continente como es Rusia. Pero se supone que un sistema antiliberal dificulta el crecimiento y es difícil imaginar uno más antiliberal que el de la URSS de los planes quinquenales. Sin embargo, insisto, la URSS ha vivido el desarrollo industrial más acelerado de toda la historia de la humanidad y tenía el modelo más antiliberal imaginable (supuestamente, el más erróneo a la hora de desarrollar un país)

Realmente ¿tan importante es la abundancia de recursos que consiguen el mayor éxito con la peor política? entonces ¿por qué los países con más recursos son hoy, generalmente, los más pobres?

El otro argumento que se utiliza mucho no merece más que un párrafo rápido. Se habla de la población soviética esclavizada. Pero esto no tiene nada que ver con el asunto en discusión, que es sobre la eficacia del liberalismo. Una población forzada a trabajar se vuelve menos eficaz y la dictadura soviética fue horrible (jamás lo negaré) pero su innegable violencia no fue la causante de la industrialización, en la misma medida que otros países que sufren crueles dictaduras se mantienen en la pobreza. Por otra parte, tal y como hablamos en el apartado sobre la Santísima Libertad, es posible mantener políticas económicas no liberales, o incluso anti-liberales sin que ello implique ninguna dictadura. Si el que diga que la URSS es un ejemplo de desarrollo está defendiendo dictadura soviética, el que se admire ante el Coliseo está defendiendo el esclavismo.

Por mi parte, considero que existen dos mundos posibles. En uno la URSS jamás se industrializó. En el otro, están equivocadas las tesis liberales que sostienen que el desarrollo sólo se logra mediante el libre mercado.

EL SAGRADO REAJUSTE: De vez en cuando, las rigideces del mercado provocan crisis en las cuales, es positivo, las empresas más ineficaces se hunden, produciéndose una purga general de la economía. No es bueno, por lo tanto, inmiscuirse en el libre mercado ayudando a las empresas menos eficaces ya que se premiaría su baja eficiencia. Ante la crisis tan sólo hay que sentarse a esperar que el mercado limpie a las empresas ineficaces y vuelta a empezar.

Esta tesis me parece la más cruel del liberalismo. Se están obviando todo el sufrimiento que provocan las crisis. ¿Realmente es necesario pasar por ello?

Aun suponiendo que el resto de principios liberales fueran acertados ¿merece la pena sostener un sistema que cada pocas décadas nos obliga a entrar en un ciclo desastroso en el que millones de personas son arrojadas a la desesperación? ¿No sería preferible buscar un modelo que no produzca crisis tan profundas como las del liberalismo? ¿Aunque sea a costa de un crecimiento menor en las épocas de bonanza?

Por otra parte, encima, resulta que el postulado principal no es correcto. Las crisis, raramente están provocadas por las rigideces del mercado sino que, cuando no intervienen causas externas, normalmente son producidas por burbujas que estallan. Burbujas que sólo pueden tener una causa, baja regulación. Liberalismo.

Por muchas “rigideces” de las que hablen los liberales, lo cierto es que la actual crisis la han predicho los antiliberales, mientras que los principales liberales afirmaban que era imposible. Entre dos mundos posibles, en uno el liberalismo está acertado y seguimos viviendo en una bonanza infinita e interminable. En el otro, el liberalismo no es correcto y hemos entrado en crisis desde hace un año.

LA BENDITA REDESTRIBUCIÓN DE RIQUEZA DE ARRIBA A ABAJO: Las medidas liberales, generalmente, vienen acompañadas por un aumento en la brecha que separa a ricos y pobres. No debe preocuparnos, ya que es importante que los ricos sean más ricos porque así su riqueza generará más riqueza y eso nos hará más ricos a todos. El pobre que se queja de que el rico es muy rico, en realidad es un envidioso ¿qué más le da que el rico sea más rico si él también va a ser menos pobre gracias a ello?

Durante las últimas décadas hemos vivido un crecimiento económico que, sin embargo, ha producido la primera generación de europeos que vive peor que sus padres desde la guerra mundial. Mientras tanto, las grandes fortunas se han multiplicado, y (seguimos en Europa) la diferencia entre el 5% más rico y el otro 95% es más alta hoy de lo que ha sido, posiblemente, desde la Revolución Francesa.

Y, sin embargo, la prosperidad europea siempre se había basado en su fuerte mercado interno (ahora amenazado por la caída del poder adquisitivo de los europeos). En contra de lo que sostienen las tesis liberales, cuando los ricos tienen dinero, este no fluye hacia abajo. Porque sus compras no tienen gran incidencia en el consumo ni en la producción (una camisa diez veces más cara no produce diez veces más puestos de trabajo). Y porque el rico acumula poder y busca el monopolio de sus empresas, buscando concentrar la riqueza en cada vez menos manos. En un sistema liberal, el rico es cada vez más rico, pero no porque exista un crecimiento económico (puede existir o no) sino porque le quita esa riqueza al pobre. Por eso, en un sistema liberal, el rico es cada vez más rico tanto en época de crecimiento como de crisis.

En cambio, en un sistema que coloque más riqueza en manos de los pobres, sí que se produce un movimiento de riqueza. Sus compras sí tienen una repercusión importante sobre la economía (si diez pobres pueden comprarse una camisa y antes no, se podrán fabricar diez camisas más y eso generará más puestos de trabajo). Es por esto que los impuestos deberían caer cada vez más sobre los más ricos, tal y como ha sido tradicional en Europa y no cada vez más sobre los más pobres como ha ido sucediendo durante las últimas décadas.

EL DOGMA DE LA SAGRADA INAGOTABILIDAD DE LOS RECURSOS: Al igual que las demás teorías desarrolladas principalmente en el sXIX, el liberalismo confía en que los recursos son inagotables. O, para ser más exactos, en que la tecnología podrá encontrar formas de solucionar los problemas que produzcan la escasez de recursos.

Las evidencias sobre cambio climático y agotamiento del planeta Tierra son tan evidentes que no quisiera discutirlas aquí, aunque muchos liberales no estén de acuerdo. Pero este artículo ya me está quedando demasiado largo así que vamos a asumir que hablamos con aquellos liberales que sí reconocen que nuestro actual ritmo de destrucción de recursos es insostenible. Tal y como la inmensa mayoría del mundo científico está advirtiendo.

Seguramente, la humanidad sobrevivirá a la crisis ecológica que se nos viene encima, desarrollando nuevas tecnologías. “No pasa nada” dirá un liberal. Cuando la crisis esté sobre nosotros, a las empresas no les quedará más remedio que adaptarse y avanzar hacia formas tecnológicas más sostenibles. Pero, cabe preguntarse ¿y no sería más inteligente empezar a cambiar AHORA para que la crisis sea lo menor posible?

Por otra parte, cabe preguntarse cómo el mercado podrá solucionar la crisis. Quiero decir, estoy seguro de que, como dicen los liberales, cuando la crisis esté encima, las empresas acabaran adaptándose. Pero no por el mercado, sino porque la presión social obligará a los gobiernos a legislar duramente. En otras palabras, por procedimientos antiliberales.

La ecología no cabe en un discurso liberal. Simplemente no se puede implementar. Sólo una gran conciencia ecológica en los compradores podría premiar a las empresas más ecologistas… pero las empresas “más ecologistas” descubrirían rápido que sale muchísimo más barato invertir en marketing que en productos más ecológicos. En un sistema liberal, aquella empresa que invierta realmente en hacer más ecológica su producción se encontrará en desventaja. Desventaja frente a la empresa que invierta menos en ecología pero más en explicarle a los compradores lo ecológicos que son. Es lo mismo que sucede hoy en día con respecto a la calidad.

Sólo existe una forma de impedir que algo como esto suceda. Crear organismos oficiales que comprueben que las supuestas ventajas ecológicas son realmente ventajas y no puro aire destinado a crear una falsa imagen de ecologismo. Deben ser organismos oficiales públicos o nos encontraremos con los mismos problemas que han provocado las auditorías privadas en el mercado financiero.

Además, es necesario crear leyes que obliguen a las empresas a realizar esfuerzos con respecto al medio ambiente. Y es necesario crear estados fuertes que puedan hacer cumplir dichas leyes.

El liberalismo no puede impedir el crack ambiental que se nos viene encima. Y el liberalismo tampoco podrá sacarnos de él.

EL MITO DEL BUEN EGOISTA: Siguiendo los postulados de Adam Smith el egoísmo económico es bueno, ya que al buscar lo mejor para uno mismo, cada individuo está buscando lo mejor para toda la sociedad. (Dentro de unos límites razonables, claro, sólo unos pocos liberales defenderían que fuera positiva la acción de un estafador, por ejemplo).

Sin embargo, el egoísmo individual, incluso el económico, no siempre beneficia a toda la sociedad. Un crecimiento desmesurado de las empresas, destruyendo empresas más pequeñas (y puestos de trabajo) por el camino casi nunca es positivo. El egoísmo de directivos que planifican su gestión pensando en su futuro personal y no en las empresas que administran tampoco suele serlo. Se han dado demasiados casos de directivos que han llevado empresas a serios problemas de sostenibilidad sabiendo que cuando todo estallara ellos estarían, forrados, muy lejos de allí.

Por otra parte, durante los últimos años hemos observado claramente como los grandes directivos han aumentado sus sueldos exponencialmente… sacando ese dinero del resultado de despedir trabajadores. ¿Realmente son tan eficaces para la empresa esos directivos que para poder pagarlos la empresa debe renunciar a la fuerza productiva de cientos o miles de trabajadores? Me resulta difícil creerlo.

¿Y qué sucede si no miramos tan alto? ¿es positivo el egoísmo individual de los trabajadores? ¿Es positivo el egoísmo que empujó a millones de comerciales estadounidenses a ofrecer hipotecas a personas que no podrían pagarlas sabiendo que, en cualquier caso, ellos cobrarían su comisión? ¿Es positivo el egoísmo del empleado de banca al que no le importa que su entidad pierda clientes a cambio de conseguir cumplir unos objetivos absurdos pero muy bien renumerados?

Existen dos mundos posibles. En uno el egoísmo individual nos hace a todos más ricos. En otro vivimos en una crisis provocada, entre otros motivos, por el desmesurado egoísmo individual de aquellos que han manejado los bancos y las empresas constructoras.

sábado, 8 de agosto de 2009

El principio de inducción y la clase media




Antes de salir, si uno es previsible, puede prender el televisor y fijarse los valores de temperatura ambiente y de sensación térmica para saber que ponerse. Claramente lo correcto sería enfocarse en la sensación térmica, que es al fin y al cabo el parámetro que más se ajusta a la sensación aparente que las personas sienten en un determinado ambiente.

Para ser mas precisos, también es necesario saber en que zona está calculada esa sensación térmica que observamos en la televisión. Poco servirá la sensación térmica en algún punto de la provincia Buenos Aires si estamos en la ciudad de San Carlos de Bariloche, las distancias son grandes y las condiciones geográficas y atmosféricas son completamente diferentes. Sin embargo, podremos utilizar esa medición mientras estemos en un entorno cercano al punto de medición. Dentro de ese entorno, la sensación térmica se puede inferir utilizando el principio de inducción.

La inducción es una de los principios que nosotros utilizamos con frecuencia a lo largo de nuestra vida. Cuando afirmamos que después de la noche sale el sol, cuando afirmamos que si está nublado con frecuencia llueve, estamos utilizando, quizá sin saberlo, el principio de inducción. En efecto, la totalidad de la ciencia acepta como válido el principio de inducción.

El principio de inducción reza, más o menos, así: “Si en una gran variedad de condiciones se observa una gran cantidad de A y todos los A observados, sin excepción, poseen la propiedad B, entonces todos los A poseen la propiedad B”.

Es un principio que está basado en la experiencia, en la capacidad de las personas de retener en la memoria durante un tiempo determinado diversos sucesos que ocurren en la vida. Volviendo al ejemplo del sol, si observamos que una vez que el sol se oculta luego vuelve a salir, tal suceso no es suficiente para afirmar que la próxima vez sucederá lo mismo. Sin embargo, luego de observar una gran cantidad de sucesos, podremos afirmar que la próxima vez sucederá lo mismo, que el sol saldrá por la mañana.

Las estadísticas, por ejemplo, utilizan el principio de inducción. Si queremos saber cuantos habitantes de capital fuman, no necesitamos hacer una encuesta sobre todos y cada uno de los seres que habitan la misma. Basta con entrevistar una muestra de habitantes lo suficientemente grande y representativa de la zona, para luego inducir al resto de la población.

Evidentemente, luego de la breve introducción realizada sobre el principio de inducción, se desprende que la misma no es una verdad absoluta, sino una afirmación basada en la experiencia del ser humano que debe ser utilizada cuidadosamente, y que puede fallar. ¿Quien puede afirmar que las manzanas siempre caerán al piso, que el sol siempre sucederá a la noche, que el tiempo siempre irá hacia adelante? Nadie. Simplemente creemos que, debido a la gran cantidad de sucesos observados, estos ocurren de determinada manera.

La inducción en la clase media

Es muy importante saber aplicar correctamente el principio de inducción, para no sacar conclusiones erróneas sobre una hipótesis en particular. Mas en estos tiempos donde las afirmaciones apresuradas y sin un análisis previo son moneda corriente. Algunos ejemplos del principio de inducción utilizado frecuentemente (y aplicados erróneamente) por la clase media:

Hipótesis:
• “La salud pública argentina es un desastre.”
Demostración por inducción:
• “El otro día fui al Rivadavia y estaba en pésimo estado...”

Este es un ejemplo de inducción mal aplicada. Lo correcto antes de afirmar de manera determinante que el estado de la salud pública es un desastre, sería analizar una muestra importante de hospitales a lo largo y ancho del país y analizar su estado. De lo contrario podemos utilizar estadísticas oficiales o privadas (dependiendo de la confianza que le tengamos a cada una) y afirmar que, en base a tal referencia, la salud es, o no, un desastre.

Hipótesis:
• “El INDEC manipula los datos”
Demostración por inducción:
• “Mi bolsillo me demuestra que la inflación es mas alta”
Otro claro ejemplo de inducción mal aplicada. Uno puede, si asi lo desea, sacar un índice de índice de inflación en un lapso de tiempo analizando los alimentos que consume, utilizando incluso las ponderaciones que el INDEC utiliza. Sin embargo, inducir ese índice, que efectivamente puede ser mayor a lo que marca el INDEC, a toda la población Argentina, es un tanto apresurada.

Podríamos seguir agregando ejemplos y continuaríamos varias páginas mas. La inseguridad, la pobreza, la educación, las drogas, son temas de los que mucha gente habla y saca conclusiones erróneas (o por lo menos apresuradas) por no aplicar correctamente el principio tratado aquí. Sin embargo no es el objeto de esta publicación enumerar todos y cada una de las hipótesis mal demostradas.

El principio de inducción: De la realidad mediática a la realidad del país

Mas interesante aún podría ser la explicación acerca de las raíces de esta cualidad de nuestros tiempos, que nos hace afirmar sentencias de una manera, sino errónea, por lo menos apresurada, sin análisis, sin base que fundamente dicha afirmación.

¿Son los medios de comunicación? Es sabida e incluso estudiada la influencia de los medios de comunicación en la opinión pública. ¿Porque no suponer que dichos sujetos comunicacionales manejan a la misma con un determinado fin? No parece una suposición descabellada.

“Ellos” manejan la información, la moldean y nos la entregan. La consumimos para enterarnos de los acontecimientos sociales, políticos, económicos y culturales que se dan en nuestro país, y que de otra manera no nos podríamos enterar. Esta información que nos llega es solamente una ínfima parte de lo que ocurre en nuestra sociedad, y es seleccionada y editada cuidadosamente para ser digerida por el consumidor final.

Los medios pueden de esta manera “atacarnos” con sucesos relacionados a la inseguridad, con sucesos relacionados a la pobreza, con sucesos relacionados a la inflación, etc. Incluso muchos de estos sucesos vienen “ya interpretados” por alguna figura del medio.

El consumidor final digiere toda esta información y arma en base a ella una realidad, una representación mental que el mismo construye en base a su interpretación, (realidad cargada por lo tanto de subjetividad, no solo del emisor, sino también del receptor). Es en el momento de interpretar donde podemos cometer errores. En todo caso podemos preguntarnos:

¿Es válido o no generar una realidad en base a informaciones y opiniones estríctamente seleccionadas y cuidadosamente editadas por “alguien” que no conocemos?

Si podemos realizarnos esta pregunta, la respuesta es sí, ya que sabremos las limitaciones de nuestra realidad que llamaremos mediática, y que no tiene porque ser la realidad del país. A modo de ejemplo, luego de meses y meses de recibir información sobre la inseguridad en nuestro país, podemos decir que en dicha realidad mediática la inseguridad es un gran problema. Inducir esa realidad “mediática” a la realidad de nuestro país requiere de un análisis mas riguroso. Y para ello debemos recurrir a las estadísticas. No existe otra manera.

Las estadísticas son por lo tanto, nuestra única manera de conocer la realidad de nuestro país, y en base a ella sacar conclusiones. Su importancia es decisiva, y por ello se convierte en una herramienta política muy importante. Conocer donde está y que porcentaje de pobreza existe, conocer los índices de desigualdad social, de empleo, de trabajo en negro, de concentración de la tierra, y no sólo en determinado momento, sino también su tasa de variación, es imposible sin un análisis estadístico confiable y bien realizado.

Las estadísticas son nuestra única arma para analizar la realidad mediática e identificar sus intenciones. El estado a través del INDEC muestra sus estadísticas. Que algunos medios de comunicación deseen generar una sensación de desconfianza sobre las estadísticas oficiales, para de esta manera anteponer su realidad ante cualquier otra, mas si dichos medios están políticamente enfrentados con el gobierno, es una suposición fundamentada.

Que el estado quiera manipular los índices oficiales para mostrar otra realidad evidentemente mas favorable a sus intereses, es igualmente posible, y esto mismo se puede aplicar a los organismos privados de estadística.

¿Como construir entonces la realidad de nuestro país? Quizá nunca la sepamos. En todo caso habrá que analizar la mayor cantidad de estadísticas disponibles, estatales, privadas, nacionales e internacionales, comparar y descartar algunas, o promediarlas.

Lo importante es que si llegamos a plantearnos estas dudas, es porque estamos identificando a la realidad “mediática”, la conocemos, sabemos sus limitaciones y su alcance. La diferenciamos de la realidad del país, que puede resultar muy difícil determinar. Estamos pensando, no siendo pensados. Y eso, en un contexto de bombardeo mediático casi insoportable, es muy importante.

domingo, 19 de julio de 2009

Carta a la clase media


Vivimos para consumir. Nos pasamos la vida consumiendo. Y cuando no consumimos, producimos lo que luego consumiremos. Nos levantamos a la mañana, vamos al trabajo, en el trayecto miles de carteles publicitarios nos dicen que necesitamos cosas, que no tenemos nada, que somos infelices por no poseer lo que nos falta, que estamos insatisfechos. Una vez en el trabajo, empezamos a producir de la manera que nuestros superiores desean. Así nos pasamos la mayor parte del día, obedeciendo. A la salida del trabajo ya nos podemos dedicar a consumir. Antes de retornar a nuestra casa pasamos por el Shopping y adquirimos un par de prendas a precios de promoción. Ahora sí, volvemos a nuestro hogar, y seguimos consumiendo. Esta vez, propaganda mediática, la misma que nos hace pensar como pensamos. La misma que obliga al ser humano a estar inseguro, infeliz, insatisfecho, en fin, ¿no será el momento de replantearnos el mundo en que vivimos?

No somos cocientes de nuestro sometimiento. Somos receptores de información que digerimos sin analizar, sin razonar, sin filtrar. Estamos demasiado cansados después de 8 horas de trabajo, y no tenemos más ganas de pensar. Los medios manejan nuestros sentimientos, nuestras emociones, nuestro comportamiento en tanto miembros de una sociedad igualmente manipulada. ¿Tiene sentido vivir diciendo lo que los medios dicen, comprando lo que los medios nos hacen comprar, siendo pensados todo el tiempo por ese agente externo?

No somos conscientes de ese poder que nos oprime. Es esa inconsciencia la que nos impide despertar de este letargo mediático. Letargo del que – por otra parte - muchos no queremos despertar. Aquella posición es muy cómoda. No tenemos que pensar que comprar, pensar que comer o pensar que decir. No tenemos que pensar. ¿Y que mejor que dejar ese gasto energético que implica el hecho de pensar, para dedicarnos a ser mejores trabajadores y algún día subir de categoría?

Está en uno la facultad de elegir. De eso se trata, después de todo, nuestra vida. Nos pasamos la vida eligiendo, aunque la mayor parte de las veces nos dicen que elegir. En realidad no existiría problema si el ser que nos hace pensar y elegir de determinada manera nos tiene afecto. De hecho, son nuestros padres los que nos enseñan durante nuestra infancia a elegir lo bueno y lo malo, a pensar de determinada manera y a tener determinadas creencias, y lo hacen por nuestro bien, por nuestro futuro. Sin embargo, cuando el que nos forma es un medio de comunicación, ajeno a nuestra vida y nuestros afectos, y que pertenece a grupos económicos altamente concentrados, la situación es totalmente distinta, ya que lo hacen para defender sus propios intereses, su propio futuro. Después de todo, no dejan de ser empresas, pero dedicadas al comercio de la información.

Es por ello que debemos despertar, y empezar a desconfiar de los medios. Una vez que uno se da cuenta de que puede pensar de manera autónoma, pasa a estar solo. Y no es fácil estar solo. Es en ese giró del subconsciente donde uno se indigna. Se indigna de la vida mediocre a la que pertenece. Se indigna de vivir en un mundo miserable, lleno de injusticias. Y es en ese sentir ignominioso donde se empieza a conocer la libertad. Retrocede en el tiempo y recuerda que estuvo marcado por un pensamiento que le era ajeno, pero que compartía con la mayor parte de la sociedad. Atrás quedan aquellas charlas de trabajo en las que jamás se discutía con nadie, y ese sentimiento de comodidad compartiendo la mayoría de sus puntos de vista con los demás, y en que los temas de conversación iban de la mano con el matutino de la mañana (el matutino que compraban todos) y pocas veces salían de ese libreto impuesto. Es el momento de empezar a dudar. Dudar de lo que nos dicen, dudar de lo que decimos, y dudar de lo que pensamos.

En este mundo que está atravesando una intensa crisis ocasionada por la desregulación de la economía, donde el modelo económico que nació tras la caída del muro de Berlín y que se impuso de manera hegemónica en nuestro planeta, cuyos 3 ejes fundamentales fueron la desregulación del mercado, la reducción del gasto público y las privatizaciones, y que está siendo puesto en duda y con mayor fuerza en varios países de América Latina, poder despertar de este letargo cerebral que nos adormece puede significar algo muy importante para poder ser un país con mas igualdad y justicia social.

Tenemos que recordar nuestro pasado. Vivimos una década entera bajo los tentáculos de un modelo neoliberal que se llevó nuestra industria, nuestros recursos y nuestra dignidad, dejando a la población altamente endeudada, ecológica, económica y socialmente devastada. El modelo que fracasó nos prometió desarrollo y igualdad social, pero solamente trajo pobreza y hambre. Aumento la brecha entre ricos y pobres, aumentó la renta de los inversores nacionales y extranjeros, aumentó la concentración de nuestra economía, a costa de endeudamiento externo, cierre de fábricas, despidos masivos y un pueblo sin derecho a nada. Hoy, son esas mismas medidas que condujeron a la ruina nuestro país, las que asoman en el horizonte. Pero también hoy, tenemos algo que a comienzos de los años noventa no teníamos: experiencia.

Son momentos en que a los economistas liberales les cuesta mucho defender su postura sin caer en contradicciones, sobre todo en nuestro país, donde se ha crecido a tasas “chinas” y sin embargo los índices de desigualdad se mantienen constantes o aumentan. No se trata de ser oficialista u opositor, sino de encontrar un razonamiento coherente que nos haga reflexionar sobre las medidas económicas que se debaten, a fin de tomar partido de una manera crítica, individual, con soporte histórico y sin manipulación externa.

El año pasado tuvimos la posibilidad de elegir, y elegimos mal. Era la oportunidad para otorgar mayor intervención económica al estado, de gravar una renta extraordinaria para utilizarla en política social, de desalentar la sojización que tanto daño le está haciendo a nuestras tierras. Pero elegimos la comodidad de ser pensados por los medios concentrados de comunicación, y defendimos la postura incorrecta.

Hoy es el momento de quitar nuestra atención hacia el gobierno, y empezar a mirar a los verdaderos dueños de nuestro país. Los que causan la inflación, los que despiden personal, los que evaden impuestos, los que abogan por mas desregulación, por menos impuestos y políticas económicas que les permitan mayores retornos. Son ellos los que pretenden un país y un mundo desigual, los que desean mantener el Statu Quo actual, los que desean conservar su poder, y los que tienen en sus manos a los medios de comunciación, que manipulan nuestro pensamiento para enfocar nuestra mirada en el gobierno, ocultando de esa manera a los verdaderos dueños del poder. Noam Chomsky lo explica de la siguiente manera:

"En el nivel más profundo, los medios contribuyen a la percepción de que el Gobierno es el enemigo, ocultando así las fuentes de poder real de la sociedad que se encuentran en las instituciones totalitarias -los grandes consorcios, ahora de dimensiones internacionales- que controlan la economía y gran parte de nuestra vida. En realidad, los consorcios establecen las condiciones conforme a las cuales funciona el gobierno, y ejercen un gran control sobre él. El panorama que se presenta en los medios es constante, cotidiano, y la gente no tiene la menor conciencia del sistema de poder que la oprime. Como resultado -según se pretende- vuelve su atención contra el gobierno."

Mientras tanto, los medios de comunicación masivos seguirán con su agenda, haciéndonos defender sus intereses, en detrimento de los nuestros, haciéndonos pensar lo que ellos necesitan que pensemos, haciéndonos salir a protestar lo que ellos quieran que protestemos, haciéndonos odiar a los que ellos en realidad odian. Y así se nos pasará la vida, viviendo indignados de nuestros gobernantes, indignándonos de la pobreza y el hambre de nuestro país, sin darnos cuenta de que somos los principales culpables de que ello ocurra. Pero está en nuestras manos pensar diferente, indignarnos con quienes tenemos que indignarnos, protestar por lo que en realidad es injusto, odiar a los que se merecen ser odiados, y de esa manera comenzar la lucha por un país mas justo y soberano.


"Seamos libres, lo demás no importa nada"

San Martín

jueves, 9 de julio de 2009

Feliz día del neocolonialismo!

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Desde este Blog, queremos saludar en este Día del Neocolonialismo, a Barrick Gold, Repsol, Holding Techint, General Motors, J.P. Morgan, Santander, Mac Donalds, Telecom, Grupo Clarín y todas aquellas corporaciones que facilitan la fuga de recursos naturales y capitales del país, que nos explotan, que monopolizan nuestra economía y logran que en una democracia puedan existir 15 millones de pobres y 5 millones de indigentes, de un total de 40 millones de personas. Corporaciones que a pesar de todo eso logran perpetuarse a través de nuestros gobiernos, sobornando desde intendentes hasta máximas autoridades, contaminando nuestros territorios, evadiendo todas los artículos de nuestra Constitución Nacional y todo tipo de regulación estatal.

Reconocemos que no fue fácil lograr esos objetivos. Para ello estas corporaciones tuvieron la necesidad de instaurar un gobierno militar que aniquile y extermine a todo tipo de movimiento social, a todo tipo de ideología socialista, a todo ser que priorice el bien común ante el individualismo. A ellos debieron exterminarlos, y a sus hijos debieron "depurarlos" concediéndolos para ello a seres humanos puros, sin ideologías. Obviamente todas estas acciones fueron bendecidas por nuestra Gran Iglesia Católica, siempre a favor de la libertad (de mercado). Tarea que fue realizada exhaustivamente bajo la dictadura reinante desde 1976 hasta 1983.

Fue absolutamente necesaria esta depuración casi "espiritual" de nuestro país. Con una Argentina desarmada y atemorizada, luego, nuestro presidente elegido democráticamente por el pueblo durante la década del 90, se encargó de continuar y profundizar este nuevo modelo corporativo de la economía. Rematando nuestro estado, hipotecando nuestro futuro y en democracia, con todo un pueblo observando a una elite política llevándose puesto a su país.

Estas Corporaciones tuvieron un notable apoyo de los Formadores de Opinión, los únicos capaces de convencer a todo un país de que aquellas políticas (mas allá de ser las únicas posibles luego de la caída del muro de Berlín, luego del decreto de Fukuyama) eran en pos de un país con más eficiencia, con mas desarrollo y con mas estabilidad. Es verdad que fueron políticas estables, con confianza para el inversor extranjero (con un gran retorno para el inversor extranjero). Es verdad. A costa de ello creció la pobreza y el desempleo, pero fue el costo a pagar para "insertarnos en el mundo" como país.

Es por ello que felicitamos a los enemigos de nuestra Patria, que son también los beneficiarios de nuestra Patria, por la sutileza (y el esfuerzo) con que supieron operar todo este tiempo para lograr instalarse en nuestro país para nunca mas irse. Por estar siempre presentes en nuestra vida, día tras día. Nosotros, mientras tanto, continuaremos trabajando duro para mantener altas sus ganancias. Después de todo, ya son parte de nuestra cultura, de nuestra forma de vida.

Feliz Día del Neocolonialismo!

Fernando V.

martes, 7 de julio de 2009

No es Honduras, es LatinoAmérica

El formar parte de un mismo continente no es el único factor que nos hace Latinoamericanos. Los sucesos ocurridos a lo largo de nuestra historia, y que determinaron nuestra forma de vida, nuestros problemas sociales, económicos y culturales, nuestras razas, nuestras maneras de pensar y de entender la realidad, de luchar, son quizá un componente importante a la hora de definirnos en tanto latinoamericanos. Son quizá el condimento esencial que nos une y nos hace hermanos en lucha.

Pertenecientes a un continente rico en recursos renovables y no renovables, dueños del Potosí, de las selvas amazónicas, con una flora y fauna de exquisita variedad, supimos administrar nuestras riquezas de manera sustentable, respetando a nuestra naturaleza para darle la oportunidad a nuestras futuras generaciones de continuar con un legado que nos brindaba las necesidades básicas para poder vivir.

Lamentablemente, fueron esas riquezas, las que encandilaron a nuestros conquistadores europeos, las que los condujeron a cometer las mas terribles atrocidades absorbidos por la ambición de poder. Desde las épocas del renacimiento, fuimos saqueados, explotados y asesinados por occidente. Siglos y siglos de embarcaciones repletas de minerales cruzaban el Océano Atlántico, para arribar a las costas Europeas. Nos convertimos en colonia, y comenzamos a trabajar para nuestros dueños. Fueron épocas en donde reinaba la Fuerza ante la Razón.

Así dimos la oportunidad a los actuales países “del primer mundo”, en convertirse en tales. A costa de eso, fuimos condenados al hambre y a la esclavitud, y América Latina fue transformada en un territorio ligado al subdesarrollo. En ese territorio están hoy esos países caratulados como “tercermundistas”. Pese a ser, con nuestro esfuerzo y trabajo, los culpables del desarrollo de Occidente, pocos son los que nos reconocen como tales.

Con el tiempo, a través de luchas y un gran esfuerzo, fuimos avanzando hacia un territorio independiente. Argentina declaró la independencia en 1816, Brasil en 1822, Paraguay en 1842, Honduras en 1821, etc. Sin embargo, si bien esa independencia se producía en el ámbito político, en el económico nunca pudimos escapar de las garras de Occidente.

Alternando entre períodos democráticos y dictaduras militares, Latinoamérica continuó siendo un territorio dedicado a la extracción de materia prima, trabajada a partir de mano de obra barata, con amplias poblaciones en la miseria y con una elite local estrechamente vinculada a occidente. Pese a la independencia política, los mismos barcos siguieron yendo cargados de minerales y alimentos, retornando vacíos para volver a ser recargados. La materia prima era trabajada en el “primer mundo”, volviendo con un valor agregado que luego debíamos pagar nosotros.

Se implantaba así la era neocolonial que nos acompaña hasta la actualidad. De esta manera, se sucedían los gobiernos elegidos por el voto popular, el cual mantenía el esquema de saqueo y explotación funcional a intereses foráneos. En caso de observar un “desvío” que pusiese en riesgo ese modelo de extracción y saqueo, las armas y la fuerza harían retornar al país en la línea de conducción deseada.

En los lazos del golpismo militar cayó Perón en 1955, Guzmán en 1954, o mas recientemente Isabel Perón en el 76, Allende en 1973, y tantos otros. La última oleada de dictaduras fue también la mas sangrienta. Con el objeto de aniquilar todo pensamiento socialista, de eliminar todo tipo de actividad sindical, miles y miles de personas fueron “desapareciendo” de nuestras vidas. Con el objeto de ponernos de rodillas ante el extranjero, se implementó un modelo económico de endeudamiento externo, de privatizaciones y desregulaciones estatales, de eliminaciones de subsidios y ayudas sociales, de reducción drástica de gasto público. Así, estos militares, bajo las órdenes del enemigo, despojaron a millones y millones de latinos de su sueño de vivir en un país con igualdad social.

Luego vino la caída del muro de Berlín, el “Fin de la Historia” de Francis Fukuyama y la implementación del llamado “neo-liberalismo” tras el consenso de Washington. El modelo económico fue la profundización de lo ya realizado bajo los golpistas, pero, esta vez, en pleno ejercicio de la democracia.

Las profundas desigualdades sociales que provocaron aquellas democracias de los 90 terminaron por estallar en los entornos del inicio del Siglo XXI. El caracazo Venezolano en el 99 o el cacerolazo Argentino en el 2001 son ejemplos de la gran inequidad reinante.

Estas crisis sociales dieron lugar a nuevos actores, a cambios de paradigmas, a pensar que ese “Fin de la Historia” no contrastaba con la realidad. Se hacía necesario cambiar las políticas neo-liberales, acabar con el saqueo neocolonial, y comenzar a gobernar por y para el pueblo. Así surgió un Chávez, un Morales, un Correa, un Funes, un Lula, un Lugo, un Kirchner, un Zelaya, un Ortega y demás gobiernos que fueron titulados como “progresistas”.

Aunque es difícil realizar una generalización total entre las políticas aplicadas por cada uno de ellos, si se puede decir que la mayoría implementó políticas de protección de los trabajadores, de recuperación del empleo, de recuperación del rol del estado y del fortalecimiento al consumo interno. Todos tienen sus errores y sus aciertos, sus contradicciones y coherencias, pero convergen hacia un mismo rumbo. Ese rumbo es el de una latinoamérica unida que, con sus 500 millones de habitantes puede hacerle frente a cualquier potencia, o por lo menos intentarlo.

Es por eso que este nuevo Siglo nos debe encontrar mas unidos que nunca, nos debe encontrar haciéndole frente al enemigo, a aquel que no desea el bien común, aquel que desea mantener el Statu Quo que nos condena a la miseria y a la opresión. Es por eso que hoy mas que nunca, debemos apoyar a nuestros hermanos Hondureños, apoyar al retorno de Zelaya, y evitar de esta manera que ese oscuro recuerdo, en donde la fuerza se anteponía a la razón, no sea mas que eso, un oscuro recuerdo. Hoy nuestro objetivo debe ser la defensa de nuestra democracia.

Por todo lo dicho anteriormente, Fuerza Honduras!

domingo, 5 de julio de 2009

¡O somos libres o seremos esclavos en forma permanente, si no tenemos el valor de defendernos!

Proclama del Presidente Zelaya a la nación hondureña

http://www.elpais.com/recorte/20090628elpepuint_9/XLCO/Ies/20090628elpepuint_9.jpg
Compañeros y compañeras;

Compatriotas hondureños:

Les habla su presidente Manuel Zelaya Rosales.

Quiero decirles que el destino de mi vida está ligado al destino del pueblo hondureño.

En la mañana del 28 de junio, mientras me prestaba a ir a ejercer mi voto en una encuesta popular promovida por el pueblo hondureño, fui víctima de atropellos, de asalto y de violación, secuestro, fui apresado y expulsado de mi país por las fuerzas militares de Honduras; fuerzas militares que hoy se han prestado y están en complicidad con la élite voraz que exprime y asfixia a nuestro pueblo. Obedecen sus órdenes, no defienden nuestra nación ni la democracia.

Este zarpazo es en contra de la nación hondureña y ha puesto en evidencia ante el mundo que en Honduras todavía hay una especie de barbarie y personas que no tienen conciencia del daño que les hacen a nuestro país y a las futuras generaciones.

A través de estos medios de comunicación exijo que continuemos con la participación del pueblo, que es el actor principal de nuestra democracia y de las soluciones que puedan tener los grandes problemas de pobreza y desigualdad que vive nuestra nación.

Los hondureños hemos enfrentado muchos problemas y siempre hemos sabido unirnos para salir adelante, y esta es una gran oportunidad para demostrarle al mundo que los hondureños somos capaces de enfrentar estos problemas y de salir adelante, a pesar de los obstáculos de esta secta criminal que hoy pretende apropiarse de los destinos de nuestra nación y de nuestros hijos.

Hablo a ustedes, golpistas, traidores, judas que me besaron la mejilla para después darle un gran golpe a nuestro país y a la democracia.

Deben de rectificar en el menor tiempo posible, están rodeados. El mundo les ha hecho un vacío, todas las naciones del mundo los han condenado, sin excepciones, hay un repudio general contra ustedes; no van a pasar en vano sus hechos, porque a los tribunales internacionales tendrán que rendirles cuentas por el genocidio que están haciendo en nuestro país, al suprimir las libertades, al reprimir a nuestro pueblo.

Yo estoy organizando mi retorno a Honduras. Les pido a todos los campesinos, a las amas de casa, a los pobladores, a los indígenas, a los jóvenes, a los diferentes grupos de organizaciones de trabajadores, empresarios; diferentes amigos políticos que tengo en todo el territorio nacional : alcaldes, diputados, que me acompañen en mi regreso a Honduras, que es el regreso del Presidente electo por la voluntad soberana del pueblo. Es el único medio de elegir presidentes en Honduras, no perdamos nuestro derecho, no permitamos que particulares empiecen a tomar las decisiones que corresponden al pueblo hondureño a través de su legitimidad y de su voluntad popular.

Estoy dispuesto a hacer cualquier esfuerzo, cualquier sacrificio por obtener la libertad que nuestro país necesita.

¡O somos libres o seremos esclavos en forma permanente, si no tenemos el valor de defendernos!

¡No lleven armas, ninguna arma! Practiquen lo que yo siempre he predicado : la no violencia. Que ellos sean los que lleven la violencia, las armas y la represión, y los hago responsables a los golpistas de cada vida, de cada persona, de cada integridad física y de la dignidad del pueblo hondureño.

Nosotros nos vamos a presentar al aeropuerto internacional de Honduras en Tegucigalpa con varios presidentes, varios miembros de comunidades internacionales, y el día domingo, este domingo estaremos en Tegucigalpa abrazándolos, acompañándolos, para hacer valer lo que tanto hemos defendido en nuestra vida, que es la voluntad de Dios a través de la voluntad del pueblo.

Saludos, compatriotas.

¡Que Dios nos proteja y nos bendiga a todos!


Fuente: http://www.ain.cubaweb.cu/2009/julio/04edproclama.htm

martes, 30 de junio de 2009

Golpismo Liberal en Honduras

http://www.forumlibertas.com/adjuntos/Manuel%20Zelaya.jpg

Amanecimos el pasado domingo 28 de junio de 2009 con la terrible noticia que acontecía en Honduras: El presidente democráticamente elegido por el pueblo, Manuel Zelaya había sido secuestrado y extraditado a Costa Rica por los organismos militares de aquel país.

Un poco de Historia

Este país, al igual que la mayoría de los países del sur del mundo, sufrió la globalización neoliberal de los 90, con privatizaciones, desregulaciones del mercado y reducciones de gasto público para poder hacer frente al pago de intereses de una deuda externa cada vez mas grande. Con el neoliberalismo se encarecieron los servicios públicos, se entregaron los recursos naturales y se sumergió a la población en la mas profunda pobreza.

Pese a estar en un territorio rico en recursos naturales, Honduras sufre las consecuencias de siglos de explotación y aplicación de políticas económicas para beneficio de una pequeña parte de su población o de intereses foráneos. De sus 7,2 millones de habitantes, el 65 por ciento están en situación de pobreza, la cual se concentra sobre todo en el área rural, y casi la mitad de los niños de entre tres y cinco años sufren desnutrición severa.

Un cambio de rumbo

La sorpresa ocurrió cuando Manuel Zelaya, un terrateniente del Partido Liberal, aquel que en su campaña proclamaba luchar contra la delincuencia a los cuatro vientos con el lema "Poder ciudadano es seguridad, sin odios ni muerte", se dio vuelta.

Con la llegada al poder del presidente Manuel Zelaya, en enero de 2006, comenzaron a mostrarse de manera paulatina señales de cambio, entre las que se destacan la incorporación al mecanismo de colaboración energética PETROCARIBE.

A ello se sumaron las políticas de fortalecimiento de la integración centroamericana y regional, dentro de las cuales la adhesión a la Alternativa Bolivariana de Nuestra América (ALBA) representó una muestra decisiva de autodeterminación y soberanía.

El camino hacia la erradicación de las desigualdades (debidas al efecto nocivo de siglos de exclusión y pobreza y la presencia aún de poderosos intereses económicos locales y extranjeros en pugna por mantener sus ventajas) parecía haber encontrando un rumbo.

28 de junio, la revolución no será realizada

Las semillas de una real transformación hacia un sistema más justo comenzaban a plantarse y a desarrollarse con celeridad en un país donde los pobres casi no tenían nada más que perder, pero si mucho por conquistar. Pero el stablishment local, con un probable apoyo de la CIA, está intentando mantener el statu quo que mantuvo el país durante tantos años en la miseria absoluta. Hoy son ellos, los beneficiarios de un modelo de explotación de la población mestiza, un modelo de despojo y entrega de recursos naturales a costa de la esclavitud del hombre, un modelo de contaminación y desprecio por la naturaleza, los que pretenden retornar a la "normalidad":

El 28 de junio el presidente lanzó una consulta no vinculante para preguntar a los hondureños si les gustaría que en las próximas elecciones, en las de noviembre, se votase también la creación de una asamblea constituyente que reformase la carta magna. Esta consulta había sido declarada como ilegal 3 días antes, el 25 de junio, por el Tribunal Supremo Electoral al considerarla "materia propia de un plebiscito, consulta ciudadana, cuya aprobación le corresponde al Congreso Nacional y al Tribunal Supremo Electoral”, medida que fue apoyada por la iglesia, los medios de comunicación, los militares y todo el stablishment local.

El pueblo hondureño en su mayoría, ninguneado durante años y años por políticos vende patria y terratenientes explotadores empezaba a ser escuchado. Ese fue el verdadero problema. Es el condimento que le faltaba a la democracia para que los liberales (conservadores) estallen en su furia: La participación del pueblo.

El secuestro y extraditación de Zelaya y la asunción a la presidencia de Micheletti, es un claro ejemplo de que las políticas no pueden salirse de un margen, que permita al stablishment un amplio retorno en ganancias, manteniendo así el poder de opresión sobre un pueblo sometido y empobrecido. Las instituciónes religiosas, políticas, económicas, sociales y militares están justamente para eso, para mantener lo ya establecido.

Afortunadamente hoy Zelaya no está solo. Los países del Unasur repudian el hecho, al igual que la OEA y la ONU. Desde este blog deseamos y esperamos que este golpe de estado sea otro golpe fallido, como lo fue el de Venezuela en el 2002 contra el presidente Chavez tras los sucesos de Puente Llaguno.

jueves, 18 de junio de 2009

Aerolíneas Argentinas y el retorno neoliberal



"Estoy totalmente en concordancia con lo que dijo Mauricio de que la reestatización de Aerolíneas Argentinas es un enorme error y un dolor de cabeza por delante (porque) el Estado se ha hecho cargo de una empresa que traía una deuda de 600 millones de dólares. Todos los días sigue perdiendo plata y lo están tratando de disimular en la compra de aeronaves"

F. De Narvaez

"No estoy de acuerdo con las estatizaciones que se han hecho. Se están gastando cuatro o cinco millones de pesos por día para sostener Aerolíneas y después no tenemos nafta para los patrulleros, que terminan siendo 'patrulleros testimoniales"

M. Macri




Los ideólogos de la globalización de la economía la pensaron bien. Instalaron en la comunidad, con el apoyo de los grandes medios de comunicación, el concepto de Estado ineficiente, atrasado y corrupto. Los tiempos modernos, exigían de esta manera dejar en manos del mercado los componentes de la economía, un mercado que se auto regularía alcanzando así un máximo nivel de eficiencia y rentabilidad. Esta renta se derramaría así hacia los demás sectores de la sociedad, alcanzando de esta manera el bienestar general de nuestro país.

Lo que implementó Friedmann y su escuela de Chicago no fue un modelo para beneficiar a los países que lo practiquen. Fue un modelo para beneficiar a los países del primer mundo a través del saqueo de recursos naturales y mano de obra barata. Bajo los 3 ejes fundamentales del llamado "neoliberalismo", se fueron estructurando política, económica y socialmente los países sometidos:
  1. Desregulación del estado en la economía
  2. Privatizaciones
  3. Reducción de gasto público

La caída del muro de Berlín y del comunismo no dejaron otra opción, el mercado se había impuesto en tanto orden hegemónico mundial. La ola neoliberal barrió con el Sur de nuestro mundo, pasando por África y por toda América Latina. Siguiendo los consejos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, los países comenzaban el estadío privatizador que luego se mantendría durante toda una década o más.

En Argentina, el neoliberalismo barrió con la estructura productiva de la nación, sumergió al país bajo una balanza comercial deficitaria debido al tipo de cambio desfavorable (sostenida solamente vía endeudamiento externo), fundió la industria, destruyó el mercado interno, entregó la soberanía de los servicios públicos a los grandes grupos empresarios y nos enmarcó en un sendero altamente dependiente del contexto exterior (si caían las importaciones, entrabamos en recesión).

El neoliberalismo cambio el concepto de funcionamiento de las empresas que, hasta ese momento, pertenecían al estado. Las mismas pasaron de estar al servicio de la comunidad, para estar al servicio del empresariado internacional. Con el único fin de maximizar la rentabilidad en el menor tiempo posible, las empresas despidieron personal y acabaron con los servicios sociales deficitarios que hasta ese momento se llevaban a cabo. Esta política empresarial se complementó con la política económica, de la mano de un seguro de cambio gratuito que la convertibilidad ofreció para transformar los pesos obtenidos en el mercado local en dólares que luego fugaban al exterior.

Una de las primeras empresas que el gobierno del nefasto Menem privatizó (en el año 1990) fue Aerolíneas Argentinas. Fundada en el año 1950 por el General Perón, Aerolíneas Argentinas fue un modelo de empresa a seguir por varios países del mundo. Llegó a ser una de las líderes del hemisferio sur y era considerada una de las empresas mas seguras del mundo. En 1990 fue tasada a un valor muy inferior a su valor real, y fue comprada en parte con titulos de deuda al 100% de su valor nominal, siendo su valor de mercado del 20% (fuente). Tras la privatización, la empresa pasó a tener de 11500 empleados, sin deudas, con 28 aviones propios y 3 simuladores de vuelo en 1991, a 6500 empleados, casi 1000 millones de dólares de deuda, 1 avión propio y ningún simulador de vuelo en el 2001 (fuente). El cambio de escenarios en esa década fue acorde con las políticas neoliberales que también se implementaron en diversas áreas de nuestra economía. Este proceso de vaciamiento y recorte de pasivos fue muy importante a la hora de obtener altos retornos a nivel accionario.

Por eso hoy, al escuchar a ciertos empresarios (devenidos en políticos) volver a tratar de instalar la idea de "Estado Ineficiente" (en un contexto internacional desfavorable para todas las Líneas Aéreas), luego de una década de saqueos, corrupción y endeudamiento externo, resulta chocante para aquellas personas que son conscientes de lo que esas ideas neoliberales nos hicieron en tanto país. Es muy importante no perder la memoria para volver a tropezar con la misma piedra. El 28 tenemos la opción de elegir.